Durham, 12 enero 2016.- Una familia hondureña está sufriendo en carne propia las consecuencias de las detenciones que está realizando en todo el país el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para remover del país a adultos y menores que llegaron después de mayo de 2014 y que tienen órdenes finales de  deportación.

Elisa Jesua Sánchez Molina, de 19 años, tenía una orden de salida voluntaria del país dictada por un juez de inmigración cuando fue arrestada en las oficinas de ICE en Charlotte el 29 de diciembre, durante una cita a la cual acudió con la esperanza de que se le aceptara una petición para detener su deportación.

“Tenía cita ese día con inmigración, fuimos con un paquete que nos dio una abogada, pero ahí nomás la detuvieron” contó  Rosa María Molina, madre de la joven arrestada. “Supuestamente las redadas recién iban a comenzar en enero pero nosotros fuimos el 29 de diciembre y ya no nos la dejaron”, añadió.

Molina contó que su hija entró al país a través de la frontera sur en agosto de 2014 cuando tenía 17 años, huyendo de la violencia en Tegucigalpa, Honduras.

“Yo la mandé traer porque los mareros me mataron a una hija y a mi sobrino”, contó la madre de la joven hondureña.

Molina contó que su hija fue detenida en la frontera y que luego de ser procesada por las autoridades, llegó a Durham para reunirse con ella.

Desde que la menor llegó, la madre dijo que acudió a varias citas de su hija en la Corte de Inmigración de Charlotte, al principio sola y después con un abogado, hasta que en una audiencia en septiembre el juez ordenó la salida voluntaria de la joven hondureña.

De acuerdo con esa orden, según indicó Molina, la joven debía abandonar el país el 6 de noviembre.

Decepcionada por el resultado de la corte y aún con una deuda pendiente con el abogado, Molina dijo que buscó otras opciones de ayuda legal.

Contactó a la Fundación DEAR, una organización sin fines de lucro que brinda servicios legales a bajo costo, la cual según dijo la madre preparó la aplicación para pedirle a ICE que detenga la deportación de la joven, pero eso no pudo impedir que la arrestaran en su cita el 29 de diciembre.

Johanna Cabeza Kelley, directora de la Fundación DEAR, explicó a Qué Pasa que le sorprendió la detención de la joven porque en su experiencia con casos similares, ICE recibe la aplicación con todas las evidencias pero usualmente no detiene a la persona, menos aún cuando ésta no tiene antecedentes.

“Cuando nosotros les preguntamos por qué decidieron arrestarla, la única respuesta que nos dieron es que ella es prioridad de deportación porque entró después del 1 de enero de 2014”, dijo Cabeza Kelley.

Sin embargo, indicó que después de ese incidente, la organización tuvo dos casos más muy similares en los que ICE decidió no detener a las personas.
“Hay una inconsistencia en como ellos aplican su discreción”, dijo la directora de DEAR.

En el caso de Sánchez Molina, además, la aplicación contenía documentos para probar factores que ICE podría haber tomado en cuenta, como la situación de salud de la joven, quien según su madre nación con un solo riñon.

Molina dijo que ahora teme por la vida de su hija ya que si es regresada a Honduras, podría ser víctima de las pandillas.

“Estoy preocupada porque en mi país esta demasiado peligroso. Las pandillas secuestran a las jóvenes, las prostituyen, las obligan a vender drogas”, dijo Molina.

“Si la deportan es como si me la estuvieran condenando  a muerte”, añadió.

Pese a todo, Molina dijo que no dejará de pelear por la liberación de su hija.

“Mientras ella no haya sablido del país, sigo teniendo esperanza”, dijo la madre de la joven que está detenida en Georgia.