Este artículo forma parte de una serie de notas que conforman el Suplemento de COVID-19 desarrollado por Qué Pasa.

 

Cuando las personas tocan una superficie u objeto contaminado con SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca, pueden exponerse al virus. Los empleadores son responsables de propiciar un lugar de trabajo seguro y saludable.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los Institutos Nacionales de Salud y otras agencias de investigación sugieren que el SARS-CoV-2 puede sobrevivir en ciertos tipos de superficies, como plástico y acero inoxidable, durante 2-3 días.

Sin embargo, debido a que la transmisibilidad del virus a través de superficies y objetos contaminados aún no se comprende completamente, agencias como la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) y los CDC recomiendan a los empleadores implementar medidas básicas de higiene y de control de infecciones en el lugar de trabajo para prevenir y desacelerar la propagación del COVID-19 y, de esta manera, proteger a los empleados.

 

¿Qué medidas higiénicas debo tomar como empleador?

En la guía sobre cómo preparar el lugar de trabajo para el COVID-19, publicada por OSHA, se recomienda que los empleadores:

  • Promuevan el lavado de manos frecuente, por ejemplo, colocando carteles en los baños que pidan el lavado de manos.
  • Proporcionen a los trabajadores, clientes y visitantes del lugar de trabajo un espacio para lavarse las manos. Si no dispone de agua corriente y jabón inmediatamente, proporcione desinfectantes para manos a base de alcohol que contengan al menos un 60% de alcohol. Los CDC señalan, además, que si las manos están visiblemente sucias, los empleados deben usar agua y jabón y no desinfectante de manos.
  • Proporcionen pañuelos desechables, botes de basura que no se toquen, desinfectantes y toallas desechables para que los trabajadores limpien sus superficies de trabajo.
  • Fomenten el uso del tapabocas en sus establecimientos o instalaciones.
  • Cuando sea posible, animen a los trabajadores a que no utilicen los teléfonos, utensilios u otras herramientas y equipos de trabajo de otros trabajadores, que no se hayan desinfectado previamente y adecuadamente.
  • Mantengan prácticas regulares de limpieza, incluida la limpieza y desinfección rutinaria de superficies, equipos y otros elementos del entorno de trabajo. Al elegir productos químicos de limpieza, los empleadores deben consultar la información sobre las etiquetas de desinfectantes aprobados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) donde se especifique que son válidos contra virus emergentes patógenos, ya que se consideran efectivos contra el coronavirus.
  • Si un trabajador enferma, le animen a quedarse en casa.

 

De acuerdo con OSHA, la mejor manera de controlar un peligro es eliminarlo sistemáticamente del lugar de trabajo, en vez de depender de los trabajadores para reducir su exposición.

Durante un brote de COVID-19, cuando no sea posible eliminar el peligro, algunas de las medidas de protección más eficaces son la instalación de filtros de aire de alta eficacia, la instalación de barreras físicas, como protectores de estornudos de plástico transparente y/o ventanas de acceso directo en caso de contar con servicio al cliente y el incremento de la ventilación en el lugar de trabajo.

 

Momentos clave cuando los empleados deben lavarse las manos:

  • Antes de comenzar y al finalizar los turnos de trabajo.
  • Antes y después de los descansos en el trabajo.
  • Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
  • Después de ir al baño.
  • Antes de comer o preparar comidas.
  • Después de colocarse, tocar o quitarse el tapabocas.

Es importante recordar que no se deben tocar los ojos, la nariz y la boca sin haberse lavado las manos.

 

 

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