Singapur.- Sebastian Vettel se ha reivindicado con su primera victoria de la temporada en la carrera del GP de Singapur de la temporada 2019 de Fórmula 1. El alemán ha sacado el máximo partido de la conducción conservadora de Charles Leclerc y Lewis Hamilton para efectuar un undercut durante la ventana de paradas en boxes.

Leclerc se ha dedicado a controlar el ritmo durante toda la primera vuelta. Vettel ha entrado una vuelta antes que él y ha salido con aire limpio para correr, circunstancia que le ha permitido recortar la distancia necesaria para birlarle la posición sin necesidad de luchar en pista. Hamilton también ha caído, víctima de una parada demasiado tardía que ha confiado a un coche de seguridad que ha tardado demasiado en aparecer. 

Carlos Sainz salía séptimo en parrilla, pero su carrera ha cambiado abruptamente tras sufrir un pinchazo en la primera vuelta. El madrileño ha recibido el impacto de Nico Hülkenberg y ha tenido que parar en boxes. Ha regresado con vuelta perdida, pero la ha recuperado con el primer Safety-Car. Después del segundo, se ha embarcado en una remontada.

Charles Leclerc salía desde la Pole Position en el GP de Singapur después de superar a Lewis Hamilton por 191 milésimas en la sesión de clasificación. Tras sorprender en Bélgica y asombrar en Italia, el monegasco prolongaba su momento dulce en un circuito a priori hostil para su Ferrari SF90. 61 vueltas le separaban de su tercera victoria consecutiva. 

La Pole de Leclerc fue sorprendente en todos los sentidos, porque nadie contaba con que Ferrari pudiera ser competitiva en un trazado como el Marina Bay. En Hungría, la última pista de curvas lentas, los italianos se quedaron a 471 milésimas en clasificación y a 65 segundos en carrera. Casi dos meses después, las cosas parecían haber cambiado dramáticamente. 

El motivo, un nuevo paquete de alta carga aerodinámica. Ferrari lo probó el viernes e inmediatamente vio resultados. Las mejoras incluían un nuevo morro, nuevo fondo plano, nuevo alerón trasero y nuevo difusor. Combinadas con su sobrada velocidad en las rectas, el resultado era el coche más rápido a una sola vuelta. La degradación de los neumáticos diría si también lo era en distancia de carrera. 

El avance de la Scuderia jugaba en contra de Mercedes y Red Bull, que no contaban con la amenaza roja. Para Lewis Hamilton era un mal menor, pues partía segundo y su Mundial no corría peligro, pero era más duro para Max Verstappen. Tras penalizar motor en Monza para luchar por todo en Marina Bay, el holandés se quedó a medio segundo y en la cuarta posición en una de sus últimas bazas de victoria de la temporada. Tanto aspiraba al triunfo que penalizó motor en Monza para luchar por todo en esta pista. El Mercedes partiría justo entre los dos Ferrari, mientras que el Red Bull lo haría detrás de Sebastian Vettel y por delante de Valtteri Bottas. 

Carlos Sainz vivía un fin de semana perfecto. Séptimo en todos los entrenamientos, repitió resultado en la cronometrada para consolidarse como líder de la zona media. Superó por dos décimas al Renault de Daniel Ricciardo, por cuatro al de Nico Hülkenberg y por medio segundo a su compañero Lando Norris, que fue décimo. El MCL34 iba a la perfección en las curvas del Marina Bay y Carlos tenía una oportunidad de oro de regresar a la senda de los puntos tras los abandonos de Bélgica –problema técnico– e Italia –rueda suelta–. 

Varios anuncios desde Italia. El equipo Haas sorprendió a propios y extraños con la renovación de Romain Grosjean, muy cuestionado por su rendimiento deportivo. Repetiría como compañero de Kevin Magnussen. La escudería americana también hizo oficial la rescisión del contrato de patrocinio con Rich Energy, que abandonó la entidad tras meses de declaraciones cruzadas y muestras de poca profesionalidad. Robert Kubica anunció que no seguiría en el equipo Williams en 2020 y éste a su vez rubricó un nuevo acuerdo de motores con Mercedes hasta la temporada 2025. Helmut Marko confirmó que Daniil Kvyat continuaría en Toro Rosso el año siguiente, lo cual reducía la búsqueda del compañero de Max Verstappen a tan sólo dos nombres: Alexander Albon y Pierre Gasly.

Dirección de Carrera descalificó a Daniel Ricciardo de la sesión de clasificación porque su MGU-K sobrepasó la potencia máxima permitida por vuelta –120 kilovatios–. De nada sirvió el argumento de que fue en la Q1 o que la ganancia de tiempo fue de tan sólo un microsegundo –0,000001 segundos–. El coche estaba fuera del Reglamento y por ende fue apartado de la sesión, relegado al fondo de la parrilla. Renault atribuyó el malfuncionamiento a un piano, pero aceptó el veredicto. Sí aprovechó entonces para recurrir al cuarto MGU-K y cuarta centralita electrónica. El otro piloto que penalizó fue Sergio Pérez, que recibió cinco posiciones por sustituir la caja de cambios tras un accidente en los Libres 3. 

Los neumáticos disponibles para el Gran Premio eran el C3, el C4 y el C5, que se identificaban como el compuesto duro, el medio y el blando respectivamente. Era la selección más extrema posible de la gama de Pirelli. Todos los pilotos que accedieron a la Q3 lo hicieron con el compuesto de color rojo, lo cual les obligaba a empezar con la misma estrategia. Por detrás, todos con medios salvo Pierre Gasly, que puso duros. Pirelli les sugería parar entre la vuelta 16 o la 20 para poner el compuesto medio –a los Mercedes no les quedaba ninguno nuevo, sí un juego usado–. En caso de un coche de seguridad prematuro, la lógica era calzar el duro para llegar hasta la bandera a cuadros.

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