Nueva York, 23 abr (EFE).- El chef español José Andrés afirmó este martes que los cocineros están genéticamente diseñados para adaptarse al caos, por lo que nunca le ha resultado complicado desplazarse con su ONG World Central Kitchen a las zonas de catástrofes naturales para dar de comer a las personas afectadas.

"La cocina es un caos, los cocineros como yo estamos genéticamente diseñados para adaptarnos al caos", dijo José Andrés en un evento celebrado en Nueva York por la revista Time.

El chef nacido en Mieres (España) en 1969 aseguró que con la experiencia en un restaurante alimentando a pocos, se puede viajar allí donde se necesita para dar de comer a muchos.

Según José Andrés, que el año pasado publicó un libro sobre la misión de ayuda alimentaria que lideró en 2017 en Puerto Rico tras el huracán María, lo que se necesita en estas situaciones es organización y menos planificación.

"Los expertos en 'excel' son los mayores enemigos para la entrega de ayuda a la gente", dijo José Andrés, antes de explicar que cuando se moviliza para atender una crisis, viaja sin equipos para evitar eventuales obstáculos como que el puerto haya sido afectado o las cocinas no tengan los permisos necesarios para salir del aeropuerto.

El cocinero, que en varios momentos se identificó como estadounidense, país en el que vive desde hace 28 años y cuya nacionalidad obtuvo en 2013, insistió en la importancia de la adaptación frente a la planificación: "Llegamos con el cuerpo y las ideas y estamos listos para adaptarnos. Deja de planear y empieza a cocinar".

José Andrés, cuyo proyecto solidario empezó después del terremoto que asoló Haití en 2010, ha ofrecido asistencia de desastres naturales en Guatemala, Nicaragua, EE.UU., Brasil y Camboya, entre otros lugares.

En abril pasó una semana en Mozambique alimentando a miles de personas que se han quedado sin recursos ni alimentos tras el paso del ciclón Idai, que arrasó parte del sureste africano los pasados 14 y 15 de marzo.

Para el cocinero, el hambre y la pobreza nunca terminarán hasta que los 3.000 millones de personas que usan diariamente combustibles como carbón y madera para cocinar y alimentar a sus familias no tengan acceso a una cocina que emplee energías limpias.

Asimismo, aseguró que aunque pueda parecer loco y pretencioso, su última meta sería contribuir con el sistema a acabar con el hambre en el mundo.

Además, tuvo también unas palabras de crítica contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cargando contra su modo de ver la política.

"No se trata de yo, la persona, sino de nosotros, el pueblo. Eso es en lo que tenemos que creer", defendió.

La revista Time, que presentó la semana pasada su lista de las 100 personas más influyentes de 2018 celebró este martes una jornada en la que quiso destacar la contribución de distintos individuos y proyectos hacia un mundo mejor.