Londres, 27 mar (EFE).- El Gobierno británico ha pedido a la ciudadanía que retrase la compra o alquiler de vivienda para frenar la propagación del coronavirus, una medida sin precedentes que, según los expertos, podría suspender temporalmente el mercado inmobiliario.
Las condiciones de confinamiento y distanciamiento social han elevado la incertidumbre legal y han provocado, por ejemplo, que los bancos no puedan hacer frente a la avalancha de consultas de clientes ni efectuar valuaciones de inmuebles.
En este contexto, las entidades financieras han reducido la concesión de nueva hipotecas y el Gobierno se ha visto obligado a introducir una serie de recomendaciones.
El Ministerio de Vivienda ha indicado que no se permite la entrada de agentes inmobiliarios, tasadores o posibles compradores a los inmuebles en venta o alquiler, pero "se puede hablar con agentes inmobiliarios por teléfono y éstos podrán ofrecer información general sobre el mercado inmobiliario de esa zona".
Asimismo, los vendedores "podrán desarrollar ciertas tareas" de manera remota, aunque no podrán "llevar a cabo prácticas de mercadotecnia de la forma habitual".
El ministro del ramo, Robert Jenrick, ha insistido en que, "mientras duren las medidas de emergencia", todas las "partes interesadas" deben acordar "una nueva fecha" para entrar en una vivienda recién comprada o alquilada.
"Si usted está aislando socialmente o protegiéndose, es particularmente importante que intente retrasar" la operación, agregó el titular de Vivienda.
En caso de que, por motivos contractuales, no sea posible posponer la mudanza, el Ejecutivo ha autorizado las transacciones, pero ha insistido en que se respeten las normas de distanciamiento social.
"Cualquiera que presente síntomas, esté en autoaislamiento o protegiéndose del virus debe evitar mudarse de casa, a menos que existan circunstancias excepcionales de salud o seguridad", subrayó el Ministerio de Vivienda.
Antes de que el Gobierno efectuase estas recomendaciones, el mercado inmobiliario ya presentaba señales de estancamiento, tras registrar la pasada semana una caída de la demanda de compra del 40 % respecto a la anterior, mientras que las ventas bajaron el 60 %, según la web especializada Zoopla.