Saná, 16 oct (EFE).- Más de 1.000 prisioneros de guerra han sido intercambiados entre los rebeldes chiíes hutíes y el Gobierno yemení reconocido internacionalmente en el mayor canje en los más de cinco años de conflicto en el Yemen, un momento que se busca repetir en los próximos meses con más liberados.

"Este es un momento muy importante, es la primera operación de esta escala" en el conflicto en el país, indicó a Efe Katharina Ritz, la representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el Yemen, que ha supervisado la operación de dos días entre el Yemen y Arabia Saudí.

Un total de 1.056 prisioneros han salido en libertad y han sido trasladados en 11 aviones desde y hacia cinco ciudades diferentes dentro y fuera del Yemen como parte de este acuerdo, pactado hace más de dos semanas en Suiza con el compromiso de liberar a 1.081 detenidos.

INMENSA FELICIDAD

Entre fanfarrias, abrazos y alfombra roja fueron recibidos los combatientes hutíes liberados, que se arrodillaron nada más pisar Saná para rezar, mientras que los asistentes gritaban "Dios es el más grande" y "muerte" a EEUU e Israel.

Uno de los hutíes liberados identificado como Osama al Hakeem, de 23 años, dijo a Efe nada más llegar a la capital yemení que "este es el momento más feliz" de su vida después de estar tres años cautivo tras haber sido capturado en el frente de batalla del mar Rojo, durante las combates en la ciudad costera de Al Hudeida.

"Les digo a los combatientes que hemos llegado para ir al campo de batalla, si Dios quiere", afirmó, y agregó: "la victoria es inminente".

INTERCAMBIO Y DESAVENENCIAS

Durante la jornada de hoy cuatro aviones despegaron de Saná, controlada por los rebeldes chiíes hutíes, y Adén, capital de facto del Gobierno yemení reconocido internacionalmente, con 352 prisioneros.

Con este traslado se completa la operación iniciada ayer con siete aviones entre las ciudades yemeníes de Saná y Sayoun, y las saudíes de Riad y Abha, en la que 704 prisioneros fueron intercambiados.

Según lo acordado, los hutíes se comprometieron a liberar a 400 prisioneros, mientras que el Gobierno reconocido y la coalición internacional liderada por Arabia Saudí haría lo propio con 681 cautivos hutíes.

Además, ayer una pequeña aeronave trasladó a 15 prisioneros de nacionalidad saudí y otros cuatro sudaneses, que llegó a Riad.

Sin embargo, la falta de confianza y desavenencias entre las partes no han quedado en el olvido.

El presidente del Comité de Asuntos de los Prisioneros del movimiento hutí, Abdelqader al Murtada, afirmó hoy al canal yemení Al Masira, portavoz de los hutíes, que 7 de los prisioneros incluidos en el trato "fueron ejecutados dentro de las cárceles del enemigo".

Anoche dijo a la cadena que "una de las partes negociadoras se negó a entregar a 10 presos del Ejército y de los comités populares, lo que nos llevó a mantener a 10 presos del otro lado".

Por su parte, la portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en el Yemen, Yara Khaweja, declaró a Efe que algunos liberados han decidido no ir a bordo de esos aviones y se han reencontrado con familiares en Saná, adonde se desplazaron estos últimos.

EN BUSCA DE MÁS LIBERACIONES

Ritz espera que después de este primer intercambio "vengan muchos más" y añadió que el equipo de CICR ya ha cerrado esta etapa, pero está "preparado" para el siguiente canje.

Ayer, el enviado especial de Naciones Unidas para el Yemen, Martin Griffiths, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que "pronto" se reunirán las partes en conflicto para "discutir más liberaciones en línea con el compromiso asumido en Estocolmo".

Este pacto sellado en diciembre de 2018 prevé la liberación de unos 16.000 prisioneros de guerra de ambos bandos, aunque su implementación ha estado plagada de disputas, falta de confianza entre las partes e incidencias.

El conflicto en el Yemen comenzó a finales de 2014, cuando los hutíes conquistaron amplias parte del norte y el oeste del país, incluida la capital Saná, de la que fue expulsado el Gobierno llevando a la intervención de la coalición árabe en marzo de 2015.

Jaled Abdalá

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