¿Cómo se sentiría si al despertar en la mitad del sueño no pudiera mover ni un solo músculo del cuerpo? ¿Y si además tuviera la sensación de que hay una presencia maligna en el cuarto que lo vigila? ¿O una sombra que lo observa desde alguna esquina de su habitación? ¿Y si al mismo tiempo sintiera que  algo pesado le oprime el pecho y no lo deja respirar? ¿Y si sus músculos paralizados no les permitieran moverse ni pedir ayuda?

Bien, así se sienten aquellas personas que padecen un episodio de parálisis del sueño.

Aterrador ¿no? Sin embargo se trata de un fenómeno bastante común que le puede ocurrir a cualquier persona una o varias veces en la vida. La parálisis del sueño es un trastorno que ocurre durante la transición entre el sueño y la vigilia, cuando la persona apenas se queda dormida, o al despertar.

La buena noticia es que parálisis del sueño es inofensiva. Y, por suerte, de duración breve. Normalmente dura pocos segundos. La recuperación es rápida y espontánea. No hay nada que temer. No supone ni un peligro ni un problema. A pesar de ser un momento que suele generar mucha angustia y ansiedad y que nadie quiere pasar, es importante saber que no implica ningún riesgo para la salud física o mental.

Es bueno saber que este  trastorno del sueño se sitúa dentro del grupo de las parasomnias, según la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño.

Según los especialistas la mitad de la población sufre episodios de parálisis de sueño. Se considera que lo padece por lo menos una vez en la vida un porcentaje muy alto de la población: entre el 50 % y el 60 %. Y que aparece de manera repetida en el mismo individuo en el 6% de la población.
 

Un protagonista cuenta su experiencia de esta manera:

“Desperté de una siesta. No podía moverme. Nada. Ningún movimiento.  Yo estaba despierto, pero mi cuerpo estaba paralizado. No podía ni darme la vuelta, ni mover los brazos, ni girar la cabeza. Ni siquiera podía gritar para pedir ayuda. Solo podía mover los ojos. Sentí una presencia parada a los pies de mi cama que me observaba. Algo aplastaba mi pecho y parecía que no iba a poder seguir respirando. Me aterroricé. No entendía qué me estaba pasando.

Al cabo de unos segundos pude moverme de nuevo y todo volvió a la normalidad.”

¿Pero de qué se trata y en qué consiste este trastorno?
Como su nombre lo indica se trata es una incapacidad transitoria para realizar cualquier tipo de movimiento voluntario. Como dijimos, tiene lugar durante el periodo de transición entre el estado de sueño y el de vigilia. Suele estar acompañado de alucinaciones y de un sentimiento de gran angustia y ansiedad.
Las personas con parálisis del sueño se despiertan durante la noche o a la mañana. Sienten que están conscientes, pero no pueden moverse ni hablar durante un intervalo de tiempo que puede durar entre 20 segundos y tres minutos. De este modo, sólo podrán visualizar lo que ocurre a su alrededor, pero no pueden hacer, ni decir nada.
Esa parálisis consciente les impide pedir ayuda o avisar lo que les está pasando. A quienes les pasa por primera vez, esto les genera angustia y temor.
Durante el episodio, la persona está totalmente consciente, con capacidad auditiva, táctil y visual, pero es incapaz de moverse o hablar, lo que puede provocar gran ansiedad. Sin embargo, no existe peligro alguno para la vida, pues los músculos respiratorios siguen funcionando automáticamente. Es importante recalcar que las funciones vitales no se ven afectadas por este fenómeno.
Este fenómeno que parece paranormal y extrasensorial, tiene una explicación científica.
 

¿Por qué se produce este trastorno?
Los especialistas explican que el sueño del ser humano se compone de distintas fases. Cada fase tiene sus características. Durante la fase de sueño REM, nuestro cuerpo está paralizado. El cerebro inhibe los movimientos musculares de la persona para evitar que actúe los sueños y se lesione inconscientemente.

Lo que ocurre en la parálisis del sueño sería un desajuste en el tránsito de las fases REM y vigilia. La persona afectada se encuentra en estado de vigilia, despierta y consciente, pero sus músculos siguen en fase REM, paralizados.

A esta incoordinación se debe la extraña vivencia de la parálisis del sueño.

Para prevenir la aparición de la parálisis del sueño o para disminuir los episodios se recomienda:

  • Mantener una higiene del sueño correcta.
  • Evitar el uso de las pantallas antes de dormir.
  • Relajarse.
  • Intentar acostarse a la misma hora. Las rutinas en el sueño son muy importantes para evitar las parasomnias.
  • Reducir la luz de la habitación usando cortinas que la bloqueen y eliminando las fuentes de luz ambiental.
  • Mantener la habitación a una temperatura agradable.
  • Hacer ejercicio de tres a seis horas antes de acostarse.
  • Dormir las horas suficientes.
  • Reducir el estrés.
  • Seguir unos buenos hábitos de alimentación.

 

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