El Cairo, 31 dic (EFE).- El conflicto en Siria concluye este año con menos frentes abiertos y más territorio en manos de las fuerzas del presidente del país, Bachar al Asad, que controlan más del 70 % del país, y con el menor número de víctimas desde el comienzo de la guerra, en 2011.

Según el recuento publicado hoy por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, 2019 se ha convertido en el año menos mortífero en Siria desde que comenzó la guerra en 2011, con 11.215 muertos en total, más del 40 % menos que el año anterior cuando fallecieron 19.799 personas.

Las víctimas civiles disminuyeron un 46 %, con 3.473 personas que perdieron la vida en 2019, de las cuales 1.021 eran menores de edad, según la ONG con sede en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno.

Uno de los motivos por los que se han reducido las víctimas es el fin de la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), que fue derrotado en Siria el pasado mes de marzo por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), alianza armada integrada principalmente por kurdos.

Este año 1.005 combatientes de esa alianza perecieron, además de 2.096 integrantes de las facciones opositoras rebeldes e islamistas, cuyos dominios y capacidades se han visto reducidas considerablemente frente a los avances de las fuerzas gubernamentales.

En el bando del presidente Bachar al Asad murieron 1.523 efectivos de las tropas regulares y otros 1.241 combatientes leales a Damasco.

Según el Observatorio, la situación sobre el terreno cambió debido a la intervención militar turca en octubre de 2019, que repercutió sobre todo en las áreas controladas por las FSD, que han perdido parte de sus dominios y ahora tienen en sus manos el 15,7 % del total de la superficie del país.

La intervención turca también posibilitó el regreso de las tropas del Ejército sirio a algunas zonas del noreste del país, gracias a un acuerdo con las FSD para desplegarse en zonas kurdas y repeler de forma conjunta el avance de Ankara y las facciones sirias opositoras que apoyan al Ejército turco.

Cuando acaba 2019, el Gobierno sirio controla el 72 % del territorio, un 11,8 % más que el año anterior, después de haber recuperado también áreas en manos de las facciones armadas opositoras que en los pasados años han ido perdiendo cada vez más terreno y ahora se encuentran arrinconadas en la región de Idlib (noroeste).

Esas facciones, tanto las más moderadas como las islamistas, solo controlan actualmente el 10,5 % de Siria, mientras que el EI todavía tiene en sus manos el 1,8 % del territorio tras haber perdido su "califato" el pasado mes de marzo.

De cara a 2020, Al Asad se dispone a recuperar el control absoluto de todo el país y la zona más importante es Idlib, donde las fuerzas gubernamentales han retomado la actividad militar desde noviembre y han avanzado en el último territorio controlado por los grupos insurgentes, con una fuerte presencia de la exfilial siria de Al Qaeda.

La comandancia del Ejército sirio rebajó el ritmo de las operaciones militares estos días en Idlib por las fiestas de Navidad y año nuevo, informó a Efe una fuente militar.

La fuente, que pidió el anonimato, aseguró que las operaciones se reanudarán dentro de 48 horas y que para ello las tropas

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